En defensa de los ‘fantasmas’: reflexiones (sesgadas) desde la práctica de la profesión
DOI:
https://doi.org/10.13130/2035-7680/10189Abstract
¿POR QUÉ YA NO HAY BUENOS DISCURSOS?
Soy un convencido del inmenso poder de la palabra. Un discurso bien escrito y bien
pronunciado puede movilizar a la gente en torno a principios éticos e ideales elevados.
Un buen discurso puede dar tranquilidad y certeza en una situación de crisis nacional,
ayudando despertar el espíritu de unión y solidaridad. Un gobierno puede ganarse (...)